Manuscrito de 162 folios (335 x 230 mm.) en pergamino de gran calidad, los últimos cinco en blanco. La escritura, en la que se alternan las tintas negra y roja (ésta para las rúbricas), es una humanística redonda de buen módulo, ejecutada con una maestría tan perfecta que se acerca a la regularidad de las formas de imprenta. Las mayúsculas aparecen regularmente en oro en un cuadro con fondo azul, rojo o verde.
La letra inicial de las grandes solemnidades es de gran tamaño y adornada con motivos florales. Las páginas normales, es decir, aquellas que no tienen orlas grandes, tienen 18 líneas que se incluyen en una imitación de marco de madera al que se da profundidad con la conjunción de líneas y colores. La encuadernación es en terciopelo granate, con manecillas y cantoneras de plata y del mismo material es el escudo del Escorial que existe en el centro.
Excluidos los añadidos posteriores, datables en el siglo XVII, la estructura del libro es:
Primero. Calendario, en el que figuran por columnas el Numerus Aureus, Letra Dominical, Calendación romana, Sistema moderno y Santoral.
Segundo. Capitulario propiamente dicho, precedido por un "Sequuntur Capitula et orationes posite in psalterio", y en el que se sigue el curso del año litúrgico. En rojo se indican los días y las horas litúrgicas en que se han de leer aquel capitulum y se hacen las observaciones pertinentes.
Tercero. Precedidas por una magnífica miniatura del Santo Entierro, siguen oraciones por los familiares difuntos del rey Felipe II.
Lo que confiere al manuscrito el carácter de códice de gran lujo es la presencia de numerosas miniaturas a plana completa y de orlas artísticamente preparadas con motivos arquitectónicos, florales, animalísticos, etc. Los frailes Andrés de León y Julián de Fuente el Saz se inspiraron en el estilo del gran Julio Clovio.
Este personaje, nacido en Croacia y muerto en Italia (1498-1578), fue considerado como uno de los más grandes miniaturistas de su tiempo. Al servicio de la familia veneciana de los Grimani, con uno de cuyos miembros se instaló en Roma, conoció allí a Julio Romano, con el que perfeccionó su arte. Sus modelos de inspiración fueron Miguel Ángel (fue llamado el Miguel Ángel de lo pequeño) y Rafael, al que sigue en la paleta de los colores.
Con el estilo manierista de Julio Clovio, a veces con cierta frialdad, aunque técnicamente perfecto, los dos monjes Jerónimos llenaron el manuscrito de preciosas miniaturas. Son 19 las miniaturas a página completa.
En el volumen complementario, Juan José Martín González ofrece un estudio artístico de las miniaturas, y José Manuel Ruiz Asencio, el del manuscrito y la traducción del texto latino.
